6.3.07

Homenaje a Gabriel García Márquez

Hoy cumple 80 años el escritor y periodista colombiano que, entre otras cosas, nos regaló fragmentos como estos:

"Durante años no pudimos hablar de otra cosa. Nuestra conducta diaria, dominada hasta entonces por tantos hábitos lineales, había empezado a girar de golpe en torno de una misma ansiedad común. Nos sorprendían los gallos del amanecer tratando de ordenar las numerosas casualidades encadenadas que habían hecho posible el absurdo, y era evidente que no lo hacíamos por un anhelo de esclarecer misterios, sino porque ninguno de nosotros podía seguir viviendo sin saber con exactitud cuál era el sitio y la misión que le había asignado la fatalidad." Crónica de una muerte anunciada (1981)

"No es fácil darle muerte a un pez dentro de una balsa. A cada golpe la embarcación tambaleaba; amenazaba con dar la vuelta de campana. El momento era tremendamente peligroso. Necesitaba de todas mis fuerzas y de toda mi lucidez. Si descargaba los golpes alocadamente la balsa podía voltearse. Yo habría caído en un agua revuelta de tiburones hambrientos. Pero si no golpeaba con precisión se me escapaba la presa. Estaba entre la vida y la muerte. O caía entre las fauces de los tiburones, o tenía cuatro libras de pescado fresco para saciar mi hambre de siete días." Relato de un náufrago (1970)

"El 2 de diciembre de 1993 -un día después de cumplir cuarenta y cuatro años- no resistió la tentación de hablar por teléfono con su hijo Juan Pablo, que acababa de regresar a Bogotá rechazado por Alemania, junto con su madre y su hermana menor. Juan Pablo, ya más alerta que él, le advirtió a los dos minutos que no siguiera hablando porque la policía iba a localizar el origen de la llamada. Escobar -cuya devoción familiar era proverbial- no le hizo caso. Ya en ese momento los servicios de rastreo habían logrado establecer el sitio exacto del barrio Los Olivos de Medellín, donde estaba hablando. A las tres y cuarto de la tarde, un grupo especial nada ostensible de veintitrés policías vestidos de civil acordonaron el sector, se tomaron la casa y estaban forzando la puerta del segundo piso. Escobar lo sintió. Te dejo -le dijo a su hijo por teléfono- porque aquí está pasando algo raro. Fueron sus últimas palabras." Noticia de un secuestro (1996)

"Macondo era ya un pavoroso remolino de polvo y escombros centrifugado por la cólera del huracán bíblico, cuando Aureliano saltó once páginas para no perder el tiempo en hechos demasiado conocidos, y empezó a descifrar el instante que estaba viviendo, descifrándolo a medida que lo vivía, profetizándose a sí mismo en el acto de descifrar la última página de los pergaminos, como si se estuviera viendo en un espejo hablado. Entonces dio otro salto para anticiparse a las predicciones y averiguar la fecha y las circunstancias de su muerte. Sin embargo, antes de llegar al verso final ya había comprendido que no saldría jamás de ese cuarto, pues estaba previsto que la ciudad de los espejos (o los espejismos) sería arrasada por el viento y desterrada de la memoria de los hombres en el instante en que Aureliano Babilonia acabara de descifrar los pergaminos, y que todo lo escrito en ellos era irrepetible desde siempre y para siempre, porque las estirpes condenadas a vivir cien años de soledad no tenían una segunda oportunidad sobre la tierra." Cien años de soledad (1967)

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