23.4.07

Nos están meando y Clarín dice que llueve

El periodismo es uno de los pilares de la sociedad moderna. Sin él, estaríamos todos perdidos, sin tener conciencia de lo que sucede a nuestro alrededor, indefensos ante los más variados peligros. Sin periodistas, enterarnos de lo que ocurre sería toda una epopeya. Aun más, no tendríamos de qué hablar con nuestros conocidos. Sin lugar a dudas, y a pesar de sus detractores, el periodismo es ese nexo irremplazable en cualquier acto de comunicar.
Vayamos hacia atrás en la historia universal. Los romanos conquistaban cuanto pueblo tuvieran cerca porque la circulación de noticias entre los bárbaros era casi nula. Con la sola existencia de un periodista, capaz de cubrir el avance de las tropas enemigas e informar a tiempo, centenares de culturas antiguas hubiesen sobrevivido.
Sin embargo, este arte llamado periodismo, muchas veces sufre las críticas despiadadas de aquellos que creen comprenderlo todo y, como veremos, poco saben. Manipulación de la información, intereses ocultos, mentiras y engaños, entre otros, son los cargos con los cuales se intenta arremeter contra el periodismo. ¡Qué locura!
Un graffiti dice Nos están meando y Clarín dice que llueve. ¿Qué significa esto? Básicamente, se trata de una muestra más del estado actual del “periodismo”. Periodismo entre comillas porque ha perdido toda búsqueda de la verdad, aun de la más relativa. Hoy el amor a informar ha quedado sepultado bajo las presiones del gobierno, de los grupos económicos que ejercen el poder, de la publicidad y por último, aunque en primera instancia, del medio para el cual se trabaja.
Hay un relato muy interesante, que cuenta de un periodista aspirante a un puesto de redacción en un importante diario de tirada nacional. En la entrevista, el director del periódico le pide que escriba un artículo sobre Dios. Antes de tomar su máquina de escribir, el aspirante pregunta: ¿A favor o en contra? La respuesta es que está contratado y que se presente el lunes a las 8 de la mañana para empezar a trabajar.
Si esta situación se repite a menudo nunca lo sabremos con certeza. Pero cuando vemos algunas cositas en televisión, los diarios o Internet, o escuchamos ciertos comentarios en la radio, pareciera ser que se trata de la regla general. Es así como vemos que para la cronista de la cadena estadounidense de noticias CNN, los incidentes y las marchas en repudio de la presencia de Bush en Mar del Plata eran en realidad manifestaciones en contra del presidente Kirchner, por no haberse retirado de la política cuando la gente pidió que se vayan todos. O podemos ver cómo algunos diarios, ante la muerte del dictador Augusto Pinochet, alababan su modelo económico que “sólo trajo progreso”. Párrafos después dejaban deslizar como una información secundaria que Pinochet no había respetado los derechos humanos (Ámbito Financiero). También podemos escuchar al señor Eduardo Feinman, en Radio 10, argumentar en contra de un fallo de un juez que castiga la contratación fraudulenta de pasantes para evitar realizar las cargas sociales obligatorias.
Sin embargo, estos medios son abiertamente imperialistas, oligarcas, de derecha, neoliberales. Su público conoce la línea editorial y comparte la misma. Lo riesgoso es cuando hablamos de medios o periodistas que han logrado posicionarse como objetivos, de clase media, “creíbles”. Y aquí entra Clarín, junto a otros. Entonces podemos ver cómo se vuelve peligrosa la manipulación. Una persona que abre desprevenida un diario, con la confianza de que va a encontrar información precisa, sin mácula de intereses políticos o económicos, está más proclive a comprar esa “basura” que le venden.
Cuando la estén meando, Clarín le dirá que es agua, que llueve. Y lo creerá. Cuando le estén robando, le dirán que en realidad eso no le pertenecía y lo creerá. Cuando le estén pegando, creerá que se lo merece, porque eso es lo que le dicen. El periodismo es uno de los pilares de la sociedad moderna. Sin él, estaríamos todos perdidos, sin tener conciencia de lo que sucede a nuestro alrededor, indefensos ante los más variados peligros. Sin periodistas, enterarnos de lo que ocurre sería toda una epopeya. Nuestra tarea está en encontrar esa joya en el basurero de los medios.

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Trabajo presentado en el Módulo de Gráfica de Taller III (Comunicación-UBA)

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