14.7.08

Democracia

El neoliberalismo tuvo la audacia de decir abiertamente que la democracia representativa no es un valor supremo en sí mismo. Por el contrario, se trata de un instrumento intrínsecamente falible, que puede, y de hecho lo hace, tornarse excesivo. Su provocativo mensaje era claro: precisamos menos democracia. De ahí, por ejemplo, su insistencia en un Banco Central jurídicamente independiente de cualquier gobierno; o sea, de una constitución que prohíba taxativamente el déficit presupuestario. Aquí también debemos considerar e invertir su lección emancipadora, y pensar que la democracia que tenemos -si la tenemos- no es un ídolo que debemos adorar, como si fuera la perfección final de la libertad humana. Es algo provisorio y defectuoso, que se puede remodelar. Nuestro desafío es exactamente contrario al que se proponen los neoliberales: precisamos más democracia. Esto no quiere decir que debamos defender una aparente simplificación del sistema de voto, aboliendo la representación proporcional en favor de un mecanismo al estilo norteamericano (propuesta que ha sido preconizada por algunos líderes políticos latinoamericanos). Tampoco "más democracia" quiere decir conservar o fortalecer el presidencialismo. Tal vez, la peor de las transferencias extranjeras a América Latina haya sido, históricamente, la servil imitación de la constitución de los Estados Unidos del siglo XVIII (...). Una democracia profunda exige exactamente lo opuesto a este poder plebiscitario. Precisa de un sistema parlamentario fuerte, basado en partidos disciplinados, con financiamiento público equitativo y sin demagogias cesaristas. Sobre todo, exige una democratización de los medios de comunicación, cuyo monopolio en manos de ciertos grupos capitalistas superconcentrados y prepotentes es incompatible con cualquier justicia electoral o soberanía democrática real.

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Anderson, Perry: Más allá del neoliberalismo: Lecciones para la izquierda en "La trama del neoliberalismo. Mercado, crisis y exclusión social", Sader, E. y Gentilli, P. (compiladores), CLACSO-EUDEBA, Buenos Aires, 1999, pp 146-147.

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